Bordas.
martes, 26 de enero de 2010
Siento todo lo que siento. Siento paz en mi cuerpo, compases de un estado ectoplasmatico que no vivo por ti, ni por nadie. Vivo para mi, es un equipaje personal lujoso en experiencias bellas y tristes, alegres y concretas. Mi barco ha varado en la playa de la espera, un destino conocido antes de hoy. Un viejo lugar donde habita la paciencia.
Siento el viento soplado sobre mi viejo velero, escucho el chirriar de las viejas maderas. Mi timón que no gira en busca de ninguna dirección, empujándome hacia mares de incertidumbres. Seguro de tener la tenacidad suficiente para varar en una playa no lejana a este destino. Cuando veo el color del mar desde la borda, intuyo cual será el destino final.
Hoy siento el viento por ti y para ti, abrazo tu soledad, esa soledad compartida, porque me siento a tu lado. Lleno tu espíritu de besos y estoy junto a ti. Ahora te sientas aquí, yo me acurruco a tu lado, pese a que me dices ese “no” pidiéndome perdón. Cada viaje es diferente, nunca es igual, según nos sentemos en la borda a observar el desplazamiento de nuestra nave. Pueden parecer iguales, idénticos, pero ningún viaje es igual. Esperando que me aleje de ti, alejándome del comienzo de la tormenta de tus lágrimas. Lejos de tu tristeza contagiosa, de tu individualidades. No vuelvas a decirme "no", porque ya estoy abrazado a ti, gritando a tu soledad para que se aparte de ti.
Ese dolor que te hunde y atormenta, taladrando el corazón, intentándome decir adiós, no te vayas caminando. Rezando porque todo vuelva a ser como antes, a dormir entre tus sabanas de mar, de algas y sirenas jugando en tus estados oníricos. Veo como tus velas se esfuerzan y se abren esperando un viento que empuje tu velero lejos de este paraíso apagado. Veo todas tus ilusiones amontonadas en la cubierta, esperando una brisa favorable que te lleve lejos, de esta playa.
Hoy siento el viento por ti y para ti, abrazo tu soledad, esa soledad compartida, porque me siento a tu lado. Lleno tu espíritu de besos y estoy junto a ti. Ahora te sientas aquí, yo me acurruco a tu lado, pese a que me dices ese “no” pidiéndome perdón. Cada viaje es diferente, nunca es igual, según nos sentemos en la borda a observar el desplazamiento de nuestra nave. Pueden parecer iguales, idénticos, pero ningún viaje es igual. Esperando que me aleje de ti, alejándome del comienzo de la tormenta de tus lágrimas. Lejos de tu tristeza contagiosa, de tu individualidades. No vuelvas a decirme "no", porque ya estoy abrazado a ti, gritando a tu soledad para que se aparte de ti.
Ese dolor que te hunde y atormenta, taladrando el corazón, intentándome decir adiós, no te vayas caminando. Rezando porque todo vuelva a ser como antes, a dormir entre tus sabanas de mar, de algas y sirenas jugando en tus estados oníricos. Veo como tus velas se esfuerzan y se abren esperando un viento que empuje tu velero lejos de este paraíso apagado. Veo todas tus ilusiones amontonadas en la cubierta, esperando una brisa favorable que te lleve lejos, de esta playa.
Enciendo el fuego, muriéndome al ver cómo te erosionas al levar anclas, sin desplazarte, sin velas empujadas por el viento. Espera en esta playa de soledad, espera con paciencia, el viaje empieza de comenzar, ahora descansa. Llegaran tormentas duras, lluvia y tempestad, noches aciagas y día de un sol ardiente. Grita ahora por el descanso y la libertad. El viaje comenzara y tienes que estar preparada.
Duerme junto a este mar, junto a esta playa, túmbate en esta arena a descansar, no pidas ahora caminar. ¿Quién comprende los versos de la mar? ¿Quién comprende los vientos? Comprendo las tierras y los valles, las tormentas de verano y los caballos en libertad. Comprendo tu dolor aunque no lo vea, comprendo tu ansiedad por volar lejos de este pesar. Tu voz, esa voz ahogada entre lazos que tiran.
Escucha los delfines en alta mar bailando bajo la luna esta noche, escucha la vida rebosando en los vasos de nuestros días. Observa ahora nuestros barcos serenos, encallados cerca del rocoso de la costa.
Duerme, solo duerme, cuando la brisa arrecie te acompañare para levar el ancla, podrás así quedar libre de este dolor, libre de pesares y tristezas… Duerme, ahora en este fuego encendido para aliviar tu espíritu. Respira el olor de las flores que adornan los cabellos de las sirenas.
Llegaran días de más viajes, de más playas y bordas…
13 Pronombres.:
Cuando recupere el aliento y consiga secar las lágrimas, te diré lo mucho que Te Quiero ...
Bordas
Sencillamente, una delicia.
Gracias, Fete
Besos.
Me tienes rendida a tus pies...hermoso.MJ
Fete, me emocionaste por completo. Demasiado dulce y demasiado doloroso tu texto, evidentemenete, demasiado dulce y demasiado doloroso vos.
Cariños amigo.
Dulzura, tranquilidad, serenidad, paz y tantos calificativos sumados a la genialidad derrochan tu texto.
Tengo que saborearlo de nuevo buscando esa playa de la soledad tan ansiada por mí hoy.
Un beso, mañico
Precioso Fete, me ha llegado al alma. Besinos.
Eres muy dulce, tierno y sensible
Muy emotivo tu escrito.
Néctares
Lugares de reposo, de calma tras una larga batalla.
Un cielo que nos cubre y nos ilumina...
Una hermosa narración Fete
Un abrazo
Te ha sentado muy bien ese retiro tuyo ,lo digo por que te has superado con este relato.Doloroso pero muy bello a la vez .Yo quiero una de ésas playas.
Eres de palabras sencillas y elegantes, en lo escrito.
Besos Mañico , seguro que no sabias que Mañicos y Navarricos primos hermanos .
Un escrito narrado desde una calma, una serenidad que para mi quisiera. Magnífico amigo mio Fete.
Un fuerte abrazo siempre.
Muchisimas gracias a todos por vuestros comentarios cuando este en activo os visitare a todos de nuevo.
Besos y fortisimos abrazos para todos!!!
Ardilllaaaaaaaaa las nueces!!!
jajajaja vale
Que lindo relato!
Lastima que no sea real, porque yo me siento como describes. Y me gustaría dormir y aliviar el espíritu ... despertar y que llegaran días de viajes, de más playas, ...
Un abrazo.
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